La importancia de límites y de normas en la infancia

Los límites y normas están presentes en la mayoría de los ámbitos de nuestra vida. Es común haber oido hablar de estos conceptos y para comenzar a aprender o reflexionar acerca de un tema con el que podemos estar más o menos familiarizados, se expone a continuación una introducción que siente las bases de lo que se quiere reflejar a través de este post: La importancia de límites y de normas en la infancia.

¿Cuándo comienza y termina la infancia?

La infancia es una etapa de la vida que comprende entre los 0 y los 7 años aproximadamente. Desde que nacemos, se van incorporando a nuestra experiencia numerosas habilidades que conformarán nuestra manera de ver el mundo, de vernos a nosotros mismos y que determinarán el modo en que nos iremos adaptando a etapas posteriores.

¿Qué son los límites y las normas?

Las normas son criterios y pautas que indican qué, cuándo y cómo se debe realizar una acción, tarea o compromiso. Los límites son prohibiciones, el umbral o el máximo tolerable en el mantenimiento de las normas, es decir, el máximo permitido en el incumplimiento y transgresión de una norma.

Puede parecer que la idea de explicar pautas a un niño o una niña de entre 14 meses y 7 años sea presuntuosa, dada su edad, o resulte percibido como algo negativo porque consideremos que no es la manera efectiva para que nuestros hijos tomen sus propias decisiones o por la idea de no querer ser un padre o madre autoritario o autoriataria. Son muchas las causas, incluidas el “no saber” (carecer de conocimientos) y no tener el tiempo suficiente para ello, las que pueden llevar a los padres y madres a no comenzar a aplicar este sistema .

Por ello es fundamental asumir la responsabilidad que conlleva ser la figura de referencia de hijos e hijas (que son las figuras que sirven de ejemplo y provocan mayor impacto en la crianza de los hijos), y tratar de estar involucrado e informado. Es común que se asuma que los niños y niñas ”vienen sin manual de instrucciones” pero existe una comunidad de profesionales comprometidos que pueden responder a numerosas dudas y ofrecer una guía.

¿Por qué incluir límites y normas en la infancia?

En los primeros años de vida somos como una tábula rasa o pizarra en blanco, carecemos de todo conocimiento y experiencia con el mundo que nos rodea (a excepción de conocimientos innatos, comunes a todo ser humano). Además, son los primeros 3 años de vida en los que tenemos mayor capacidad de plasticidad cerebral, esto es, capacidad de aprender, generar y modificar hábitos. Puede decirse que la infancia no es una etapa que menospreciar en cuanto a comenzar a adquirir normas y límites.

A partir de los dos años se irán aplicando las rutinas, hábitos y conductas: explicando qué hacer, cómo hacer y para qué, repitiendo y perseverando las veces necesarias para que su instauración y posteriormente, de manera paulatina, su ejecución de manera autónoma. A partir de los cuatro años, se debe continuar insistiendo en los hábitos y rutinas, además se van incorporando nuevas debido a las exigencias del medio, ya que niños y niñas comienzan a interaccionar fuera de casa de manera más habitual. El colegio y los demás niños y niñas se convierten en una “segunda casa” a la que adaptarse y de la que surgen nuevas figuras de referencias así como los límites entre los iguales. Es necesario incorporar recompensas y dar reconocimiento a los logros fuera de casa, es decir, en la escuela. Es al final de la infancia, sobre los 6-7 años, cuando el desarrollo evolutivo les puede ir permitiendo la comprensión de las consecuencias de sus actos. En la medida que los niños y niñas van madurando y comprendiendo lo que se espera de ellos, podrán ir siendo capaces de asumir consecuencias.

A medida que los niños y niñas van creciendo y atravesando los diferentes estadios evolutivos (Piaget) la adquisición de normas y de límites va cobrando más sentido: los niños y niñas comprenden cada vez mejor, los límites y normas van cambiando y la interacción con el mundo y la realidad es cada vez mayor. De esta manera, asumir la responsabilidad como figuras de referencia es fundamental para el desarrollo de unas pautas que guíen a los pequeños a crear recursos con los que afrontar diversas situaciones con las que se encontrarán en el futuro, de manera eficaz o lo más adaptativa posible.

La infancia puede ser una oportunidad para ir sentando las bases necesarias para que más tarde, en la pubertad y/o adolescencia, no resulte drástica su implantación y “pille” a hijos e hijas “por sorpresa”. Y es que suele ser en etapas posteriores a la infancia cuando comienzan a ponerse en duda o tela de juicio las exigencias, obligaciones, deberes o normas de casa, familia, colegio y sociedad.

Obviamente, niños y niñas van adquiriendo, en la medida que crecen, capacidad de decidir qué repertorio de valores, creencias o ideas van a ir motivando su conducta. Y es hasta entonces, desde la infancia, cuando las figuras de referencia deben fomentar la educación de hijos e hijas, basada en normas y límites queaplicados de manera correcta generen:

  • El aprendizaje de hábitos y rutinas funcionales a su edad, otorgando a hijos e hijas un repertorio de hábitos que irán influyendo en su adaptación de manera satisfactoria y dentro de los posteriores grupos de referencia (la familia consiste el primer grupo de referencia, más tarde se irán incorporando el colegio, la sociedad, etc).
  • El sentimiento de pertenencia. Recibir directrices, cuidados y oportunidades, a través de normas y límites, desarrolla el sentimiento de ser querido y apoyado dentro de un ambiente seguro. Contribuirán a desarrollar el autocontrol, autonomía y autoestima: Las normas y límites suponen asumir un repertorio conductual ajustado a lo que el entorno requiere de nosotros en un determinado lugar y momento, resultando satisfactorio para la autoestima y seguridad.

¿Cómo aplicar límites y normas en la infancia?

La aplicación de normas y límites de manera correcta implica que los padres y madres asuman la responsabilidad de adaptarse y ser coherentes con la edad de los hijos e hijas, y es que, si no se les da la oportunidad de aprender por si mismos y de las consecuencias de sus actos, carecerán de autonomía necesaria para más tarde afrontar las realidades del entorno por si solos.

Para ello, los padres y madres deberán:

  • Mantener un equilibrio entre autoritarismo y permisividad.
  • Conocer las características que deben reunir los límites y normas.
  • Ser realistas e ir adaptándose a la edad de los hijos e hijas.
  • Saber establecer consecuencias adecuadas a la transgresión.
  • saber qué hacer ante las primeras rabietas.
  • Saber explicar de manera clara el sistema de límites y normas.
  • Saber negociar con los hijos e hijas.
  • Saber reaccionar ante un no.
  • Y todo ello siempre dentro de un clima de seguridad y de afecto.

La infancia debe ser el punto de partida.

Equipo MentalMadrid

 

 

 

 

 

 

3 comentarios en “La importancia de límites y de normas en la infancia”

  1. Pingback: Autoestima de un hijo ¿Cómo pueden favorecerla sus padres?

  2. Pingback: La importancia de poner límites y normas en la adolescencia.

  3. Poco se puede oponer a estas explicaciones. Todo lo que se dice no sólo parece lógico, sino que parece verdad. A fin de cuentas (y ya sé que decirlo así suena un poco atrevido, pero esta es la realidad) educar consiste en domesticar, para que nuestros hijos aprendan una serie de pautas que les permita reaccionar de determinada manera ente determinados estímulos. Además, está muy bien explicado todo; es casi imposible no entenderlo y, menos aun, no estar de acuerdo.

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