La relación de pareja, una fuente de crecimiento

Son muchos los mitos que existen en la sociedad sobre las relaciones de pareja y el amor romántico. Estos pueden hacer que permanezcamos en relaciones que no nos satisfacen o que nos dañan o que vivamos con una frustración constante porque vivimos esperando que se cumplan algunos de estos mitos y que sea nuestra pareja quien nos provea de felicidad o bienestar.

Hoy en día sabemos que para construir una relación de pareja sana, hay unos aspectos clave que se deben cumplir. Uno de estos aspectos, en el cual nos centraremos en este post, es el respeto por la individualidad de cada uno de los miembros de la pareja. Es decir, tan importante es el cuidado de la relación como el cuidado individual de cada miembro. Si esto no se cumple, la pareja puede convertirse en algo limitante, una fuente de estancamiento en lugar de crecimiento y energía.

¿Cómo es una relación de crecimiento?

Sabes que estás en una relación de crecimiento cuando al estar en pareja aparece lo mejor de ti, cuando tienes ilusión por hacer planes de futuro, cuando te permite esforzarte por sentirte bien, cuando aparecen los buenos sentimientos del día. Esto no quiere decir que en la relación no vayan a aparecer nunca momentos de conflicto, de malestar o de duda, los cuales son normales y necesarios en ciertos momentos de la relación.

Hay etapas o momentos de la vida en donde, si la relación no es de crecimiento, pueden aparecer dificultades o limitaciones a nivel personal. Estamos hablando de, por ejemplo, los retos profesionales. Hay ocasiones en las que implicarse profesionalmente lleva implícito renunciar a ciertos aspectos de la relación (tiempo o, en ocasiones, espacio físico) y aquí la pareja puede ser un lastre que nos dificulte avanzar o un motor que impulse el crecimiento. En una relación de crecimiento, los retos se comparten y se alientan mutuamente.

La independencia, un elemento necesario

En una relación de pareja sana existe un equilibrio entre la vida individual y la vida de pareja. Cada miembro siente que tiene el derecho y la libertad de atender sus necesidades personales y de mostrarse tal y como es, sabiendo a su vez que forma parte de la vida del otro a través del proyecto construido en común llamado “pareja”. Integrar este concepto es la primera de las claves para poder mantener la independencia individual sin culpabilidad, así como respetar la del otro.

Otra de las claves para poder mantener la independencia será mantener una comunicación abierta entre los miembros, donde la sinceridad sea el elemento central. Será positivo que los miembros conozcan las necesidades y los límites que existen para el otro, para así saber cómo respetarlos.

Por otro lado, para favorecer la permanencia de la independencia, es importante cuidar las otras esferas de la vida de la persona, ya que la pareja es sólo una de ellas. Es decir, habrá que dedicar un tiempo y un cuidado a la vida social, las aficiones, el entorno laboral, el crecimiento personal, la salud física y mental. Cuanto más nutrida esté la vida de la pareja, menos se exigirá al otro miembro de la relación que cubra las carencias individuales.

Equipo MentalMadrid

MentalMadrid

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies