Probablemente en alguna ocasión hayas escuchado o incluso hayas utilizado frases como «tengo un trauma«, «me he quedado traumatizado«, «qué traumático«… Pero, ¿sabemos realmente qué quiere decir eso? En este post te damos las claves para saber en qué consiste un trauma, por qué se produce, cuáles son los síntomas típicos y qué situaciones son potencialmente traumáticas.
¿Qué es un trauma?
Trauma significa herida psicológica con efecto negativo que perdura en el tiempo. Es decir, es una experiencia vivida de forma intensa por la persona, que se guarda en memorias fragmentadas porque no se ha podido procesar bien.
Síntomas de trauma
Cuando ante un acontecimiento presente hay una activación de emociones que no puedo manejar, aparecen síntomas físicos e ideas negativas, probablemente haya trauma. Un trauma activa:
Emociones
Como la rabia, la tristeza, el asco, el miedo…
Sensaciones físicas
También activa sensaciones en el cuerpo como un nudo en la garganta, diarrea, hiperventilación, dolor de cabeza, tensión muscular, disociación…
Ideas negativas
Y activa ideas negativas de estar en peligro, de no ser capaz, querer morir, etc.
¿Todas las experiencias negativas generan trauma?
No. No todas las experiencias negativas vividas lo generan. Una persona puede vivir una experiencia negativa sin que necesariamente eso implique que le va a producir una herida psicológica.
Según el modelo PAI (Procesamiento Adaptativo de la información), nuestro cerebro procesa la información por sí solo la mayoría de las veces, incluyendo la información referente a esas experiencias negativas. Y con este procesamiento, hace una resolución adaptativa. Es cuando este procesamiento adaptativo no se produce, cuando aparece el trauma.
¿Qué situaciones pueden generar traumas?
No todos los traumas son iguales. Hay traumas que implican que la vida de la persona corrió peligro, que su integridad física o su salud estaba amenazada. Y hay otros que están relacionados con situaciones en las que la vida no corrió peligro, ni su salud, pero hubo un impacto negativo.
Entre las situaciones potencialmente generadoras de trauma, podemos encontrar como ejemplos:
- Lesión física muy grave
- Diagnóstico de una enfermedad
- Abusos (sexuales, psicológicos, laborales…) y agresiones
- Negligencia parental
- Presenciar agresiones
- Enfermedad de un progenitor
- Atragantamiento
- Situación en la que el niño no se siente protegido por sus padres
- Castigos
- Coma etílico
- Accidente
- Infidelidad
- Pérdida de un trabajo
- Desastres naturales
- Fallecimientos
- Hospitalizaciones
- ….
Si crees que puedes estar sufriendo síntomas de trauma, pide ayuda profesional.